La frase que da título a este artículo ha sido atribuida a Aristóteles y a Solón. No se llega a un consenso, así que yo simplemente disfruto al intentar comprenderla y razonarla pues, es una de las frases con más sentido que he escuchado en la vida.
Para saber gobernar, independientemente de a quién, es imprescindible que yo posea “autoridad moral” y que por lo tanto, predique con el ejemplo; que mi accionar y mi decir vayan en consonancia y que mantenga mis posturas, independientemente del contexto o situación.
El análisis anterior me conduce a “razonar” que al ejercicio del liderazgo y la obediencia, se une un concepto clave: la “coherencia”. Ser coherente es una virtud que tristemente, no abunda. El ejercicio del liderazgo requiere, imprescindiblemente, de la coherencia. ¿Qué pasa con las distintas partes del cuerpo si la “cabeza” no se encuentra bien? ¿Cómo llevan a cabo su función si la cabeza no se organiza, si no comprende la necesidad de “hacer lo que hay que hacer” cuando hay que hacerlo, aunque me sienta vulnerable? Ser coherente es difícil, pero es aún más difícil mantener el statu quo en un grupo de personas a las que se debe dirigir, cuando la cabeza se conduce de forma incoherente.
Según Sto. Tomás de Aquino, obedecer es una virtud y se ejercita mediante el uso de la voluntad y la razón. Por consiguiente, tanto para gobernar como para obedecer, debo hacer un uso adecuado de la razón. Para esto último, es necesario que vea en quien me intenta conducir; raciocinio, temple, y que demuestre con sus acciones diarias, que su interés es el de promover el bien común. Cabe resaltar que “gobernar”, no se limita a dirigir una nación o a un grupo de personas en el ámbito personal o laboral; gobernar en este contexto implica ser capaz de conducir de forma adecuada al ente básico: a mí mismo.
No es posible “gobernar” de forma asertiva a otros, si yo mismo me encuentro en un desequilibrio constante o si simplemente me conduzco queriendo complacer a mayorías.
Concluyo con la siguiente idea: gobernar y obedecer requieren de humildad y confianza: humildad para ver el potencial y la excelencia en el otro: que posee algo que yo no tengo; y confianza para observar los valores morales que exhiba quien dirige.
Carla Sofía Cruz Sánchez
Gobernar no significa imponer ,hay que escuchar a todo el mundo nos guste o no su forma de pensar .
Liderar significa consensuar ,un buen líder es aquel que dirige sin imponer sus ideas ,simplente los demás siguen su pensamiento porque convence de forma natural .
Existe el llamado liderazgo negativo que son personas que arrastran a los demás .
Un buen gobernante tiene oídos para escuchar a los demás ,ojos para ver lo que necesitan los demás ,inteligencia para dirigir y corazón para no caer en la soberbia.
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